Fracaso, todos lo hemos sentido de cerca, alguna vez salimos victoriosos y otras veces nos alcanza.
La sensación de estar fracasando suele aparecer a medio camino de nuestro objetivo, cuando ya estamos cansados de luchar y donde los pequeños obstáculos que podamos ver en el camino, de pronto los sentimos como enormes.
Es normal sentir el fracaso, ver como nos alcanza e incluso sentir su aliento en nuestra nuca, pero tranquilos porque tenemos dos opciones:
A- parar, abandonar nuestra meta, la ansiedad por sobrevivir desaparece, pero ahí dejamos el testigo al Señor Fracaso, así ha ganado.
B- Moverse. No parar, seguir hacia delante, aprovechar el miedo a fracasar para traer nuevas ideas a vuestra mente, cambia de camino (no de dirección) prueba con otros recursos, pide ayuda o para un momento, descansa, coge fuerzas y sigue adelante con más energía. No te pares. Sigue y pierde de vista a nuestro enemigo.
Os dejo un dibujito con el que se lo he explicado a un niño de 6º de primaria. Sus nuevos recursos serán asegurarse que ha apuntado todos los deberes en la agenda cada día antes de ir a casa. Así no llevará ejercicios sin hacer. Su objetivo es no suspender.
¿Y vosotros, sabéis cuáles serán vuestros nuevos recursos ?
Úrsula Caja Díaz. Experta en Inteligencia Emocional.